Pintura de Howard Behrens

Pintura de Howard Behrens

jueves, 26 de enero de 2012

La playa de Saint-Aubin-sur-Mer 1867, Gustave Courbet




La playa de Saint-Aubin-sur-Mer
Fecha: 1867
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Medidas: 54 x 65 cm


Este lienzo, de tamaño más bien reducido, presenta tres aspectos particularmente interesantes: combina una playa tranquila con marea baja y un celaje nuboso muy variado, una abrupta costa y una o dos personas al solaz y, finalmente, en primer término, dos niños, evidentemente pobres, que son los únicos seres vivientes sobre la playa y que a todas luces esperan una respuesta que ha de venir del pintor o del espectador. Si imagináramos la posición de éste, lo situaríamos frente a los niños, aunque a la altura de la dama del acantilado, es decir por encima de la línea de horizonte. Por consiguiente, el pintor/espectador se sitúa en un punto desde el que abarca toda la escena; contempla el panorama en su conjunto y al mismo tiempo percibe cada detalle

Si. empezamos el análisis por el elemento más llamativo del cuadro, los niños descalzos y harapientos, se diría que están pidiendo limosna; la niña pelirroja se ha llevado una mano al pecho como en ademán de reverencia. La actitud implorante e inocente de estos niños sitúa la obra en la línea de las llamadas pinturas socialistas de Courbet, a las que hacía referencia en 1868. No hay que tomar el término demasiado al pie de la letra: lo que el artista pretende es llamar la atención de la clientela burguesa de sus paisajes de playa sobre el abandono en que se encuentran los más desfavorecidos socialmente. Otro cuadro que trata un tema semejante es La limosna de un mendigo en Ornans, pintado apenas un año después de la obra que aquí se comenta. En esta etapa de su carrera, renace en Courbet el interés que ya había manifestado por los personajes desidealizados, que pintaba tanto para expresar su sentimiento de la justicia como para provocar a los acomodados visitantes de las exposiciones del Salón de París, que temían el contacto con las gentes de clases más bajas, salvo que dicho contacto se produjera de forma aséptica y siguiendo unas pautas establecidas. Recientemente hemos sabido que Courbet visitó Madrid en 1868 para volverse a acercar a la «gente llana» y a la pintura de género popular, pero con este viaje en el fondo hacía realidad una idea que ya tenía en mente desde hacía mucho tiempo, pues la idea de pintar mendigos o gitanos al parecer se remonta a la década de 1850

La. visión del mundo que aquí nos propone Courbet es la de la supremacía de la naturaleza. Los niños aparecen en tonos grises y marrones sobre la playa, la dama que descansa en el acantilado (con su acompañante o sus enseres dispuestos a modo de bodegón) está como inmersa en el verde del entorno y las barcas de los pescadores se funden casi indisociablemente con las áreas oscuras de la playa, como si formaran parte de ésta. A partir de El estudio del pintor (París, Musée d'Orsay), Courbet acentúa el concepto de la naturaleza como substrato del que los seres humanos emergen a la vida. Las marinas desempeñan un papel particularmente importante dentro de este contexto, pues Courbet era un entusiasta incondicional de cualquier tipo de elemento acuoso (fuentes, corrientes, olas), símbolo para él de la génesis de la vida. Por consiguiente, para el pintor la naturaleza no es meramente un ámbito apacible o impenetrable, sino más bien un espacio lleno de vida, que ofrece repentinas sorpresas y presenta abrumadores cambios. Por una parte, Courbet reconoce que la eterna naturaleza es la única fuerza redentora y, por otra, pinta sus efectos efímeros más que cualquier otro artista anterior al Impresionismo.

Maribel Alonso Perez
26 enero 2012

1 comentario:

  1. En el primer plano Coubert ya define el tema Esos niños harapientos que eran despreciados por las clases burguesas y aristocráticas , los ha situado en un entorno muy desolador para que el espectador se sensibilice algo con estos seres que no pueden salir de la pobreza Muy buena nota

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